jueves, 14 de mayo de 2015

Ocumicho, el pueblo de los diablitos



Ocumicho es un pequeño pueblo P'urhepecha de Michoacán famoso por sus diablitos de barro realizados por las manos de gran parte de su pobladores, es un pueblo con probable origen precolombino pues al oriente de la población, en la zona conocida como el malpais, se encuentran vestigios de la zona arqueológica.

Ocumicho palabra de origen P'urhepecha cuya posible interpretación seria “lugar donde abundan los topos o tuzas”, componiéndose de: “uhkomo, Kumu, uhkumu”, topo o tuza; “-cha”, plural; y “-o”, locativo.

En mis primeros viajes era posible ver la tradicional troje con techo de tejamanil, hermosas casas que actualmente es casi imposible encontrar en el centro de la población; la iglesia contaba con una casa parroquial que mostraba en su interior un notable trabajo en madera, tallas de diablitos exquisitamente detallados en los postes y la esencia de esas construcciones bellas de por si, lamentablemente también fui testigo de su destrucción pues de esta estructura nada queda.

Altar mayor de la iglesia de Ocumicho, su adorno con pan me recuerda a los
adornos de la sierra nororiental de Puebla, especialmente en Hueyapan  y Yaonahuac.
Cada año que visitaba Ocumicho, era costumbre mía comprar algunos diablitos, sirenas, animales fantásticos, calaveras, etc. Siempre llegaba junto a mis padre con la misma artesana, ella tenia su troje en donde trabajaba sus piezas, cuyo nombre según un diablito firmado es “Tomasa González”; esta artesana murió ya hace varios años (aunque creo que una hija del mismo nombre sigue realizando esta artesanía).

Mi único diablito-silbato firmado.


Parte de mi colección.

El día 2 de enero de 2009 fue mi ultima visita a Ocumicho, al llegar al pueblito me encontré con un festejo que no había visto antes, tal parece ser a los reyes magos, pero no lo se. Una gran concurrencia de jóvenes con sombrero de charro y adornos navideños a forma de bufanda o collar; otros jóvenes vestidos de diablos o demonios ya con masacras de tradición estadounidense; y las jóvenes vestidas también a la usanza local, con sombreros adornados con flores artificiales y una pañoleta con motivos religiosos cubriendo su espalda.

El atuendo de los hombres.

El atuendo de las mujeres.
Las actividades de esta festividad que más o menos recuerdo son las siguientes: los jóvenes pasa de casa en casa recogiendo a las muchachas, la música de banda suena y los diablitos bailan zapateado, las señoras mayores que cargan el “chunde” o canasto reparten fruta a los asistentes.



Sin duda este pueblo tiene mucho que ofrecer, espero poder visitarlo otra vez.



  • Sandoval Forero, Eduardo; Topete Lara, Hilario; y Korsbaek, Leif. "Cargos, fiestas y comunidades". UAEMEX, 2002. 328 paginas.






    No hay comentarios:

    Publicar un comentario